Generan micros caos en paraderos |
Usan las calles como autolavado, taller mecánico, basurero y cantina REFORMA / Redacción Ciudad de México (8 noviembre 2010).- la suciedad y el desorden que generan los microbuses de la Ciudad de México arrancan desde los paraderos donde son confinados. Usuarios, peatones, automovilistas y vecinos sufren las malas prácticas que se dan dentro y fuera de estos sitios: suben y bajan pasaje en doble, tercera y hasta cuarta fila, invaden carriles para hacer base y bloquean rampas para discapacitados. Y, por si fuera poco, usan la vía pública como autolavado, taller mecánico, depósito de basura, incluidas botellas con orina, y hasta como cantina, según lo pudo constatar REFORMA. En el Distrito Federal, hay 217 rutas de transporte que a diario mueven, según la Secretaría de Transportes y Validad, a 5.5 millones de usuarios con origen-destino en 45 paraderos, rebautizados por el Gobierno de Marcelo Ebrard como Centros de Transferencia Modal (Cetram). Durante un ejercicio de observación en 10 paraderos, durante tres días y en tres distintos horarios, se encontró que hay al menos ocho malas prácticas que los operadores del transporte cometen de forma sistemática e influyen negativamente en el entorno. Choferes y checadores de los Cetram en Chapultepec, Tacubaya, Barranca del Muerto, Observatorio e Indios Verdes incurren en irregularidades que violan tanto el Reglamento de Tránsito como la Ley de Transporte y Vialidad del DF y su reglamento, pero, sobre todo, perturban la tranquilidad de vecinos y usuarios. También se realizaron recorridos por seis de esos paraderos en tres horarios distintos para tomar testimonio a usuarios, vecinos, automovilistas y a los mismos transportistas. "En la vuelta de Constituyentes, para llegar al paradero (Cetram Chapultepec), se estacionan los microbuseros para dormir o descansar. Una vez los vi jugando cartas y ¡claro! le dan en la torre a los vecinos, porque tardamos como 20 minutos en salir de nuestras colonias", señaló Ana Laura Cajiga, vecina de la Condesa. Sobre el Eje 10 Sur, afuera del Metro Copilco, camiones y microbuses ponen en jaque el tránsito y en peligro a los peatones al permitir el ascenso y descenso de pasaje en los cuatro carriles disponibles, durante lo que se considera como horario de máxima demanda: entre las 7:00 y las 15:00 horas. "A cada rato medio nos matan. No puede uno ni venirles a reclamar, son una bola de majaderos", expresó María del Pilar Martínez, quien habita en la Unidad Integración Latinoamericana, en la Colonia Copilco Universidad. En el paradero de Barranca del Muerto, además, se observó a operadores y despachadores ingiriendo bebidas alcohólicas. Atascan el tránsito vehicular La mala organización en los paraderos también afecta a los automovilistas que circulan por las vialidades cercanas y deben librar el punto de transbordo de los usuarios del transporte público. En Barranca del Muerto, por ejemplo, los choferes se adueñan de la Avenida Revolución, pues se estacionan en doble o triple fila y suben y bajan pasaje en plena vialidad. "Los microbuseros se adueñan de dos o tres carriles para hacer base y les vale tapar la Avenida Revolución", expresó el automovilista Omar Carmona. Automovilistas también se quejaron de lo mal que manejan las unidades y de la invasión de carriles. "Dejan pasaje a media calle y les vale gorro, pero pasa algo, uno tiene la culpa, cuando ellos invaden todo el Eje", expresó el automovilista Jorge Jiménez. En Copilco, la vialidad más afectada es el Eje 10 Sur, donde dejan que los pasajeros bajen incluso a mitad de la avenida. "Es peligroso porque si no te ve el conductor del otro lado, te puede arrollar", dijo Mariana Moyo, pasajera habitual de ese paradero. Automovilistas también se quejaron de este factor, además del mal manejo de las unidades e invasión de carriles. En Tacubaya, en el cruce de Carlos Lazo y Luis Ruiz, donde hay un semáforo que nadie respeta y un tope que muchos automovilistas, transportistas y particulares se "vuelan", entorpece a todas horas la circulación vial. Sobre Luis Ruiz, por donde bajan los autos desde Observatorio para incorporarse a Jalisco, Parque Lira o retornar hacia Periférico, un tramo de unos 400 metros se llega a cruzar hasta en media hora, según estimaciones de Gerardo Mateos, automovilista que con frecuencia utiliza ese tramo. A unos metros se encuentra el Hospital Pediátrico Tacubaya, de la Secretaría de Salud local, y el Hospital Escandón, de asistencia privada. Mujeres con niños en brazos, estudiantes y trabajadores de la zona deben "torear" a los carros para desplazarse. Generan desorden y basura Basura, ruido y el hostigamiento hacia las mujeres también son resultado de malas prácticas cometidas en los Centros de Transferencia Modal observados. Según una encuesta aplicada por REFORMA, el 59 por ciento de los usuarios encuestados considera que en los paraderos predomina el desorden impuesto por los microbuseros. En Indios Verdes, Barranca del Muerto y Copilco es común ver a los operadores molestar y silbar a las mujeres que pasan por la zona. "Se me hace muy riesgoso, empezando por los conductores, que gritan de cosas. Por eso acostumbro irme temprano de donde haya ido para evitar ese tipo de cosas", expresó Mariana Moyo, estudiante de 22 años de edad, y usuaria del paradero en Copilco. Ahí mismo, los conductores ocupan la parada como base provisional para hacer sus necesidades, comer, platicar... y hasta romancear. A una cuadra del Metro Copilco, sobre el Eje 10 Sur y Cerro Culiacán, microbuses de la Ruta 45 con dirección al Mercado de la Bola y Avenida Aztecas acostumbran esperar turno para recoger pasaje, mientras algunos choferes aprovechan para descansar o tener algunos momentos "íntimos" con su pareja, luego de dejar a los usuarios a una cuadra de donde es el paradero oficial. En Chapultepec, las unidades estacionadas en la banqueta dificultan el paso de los pasajeros, quienes deben sortear microbuses ladeados, cerca de 250 puestos ambulantes y montones de basura que despiden un olor fétido. "Para que no se te vaya el micro tienes que correr sobre la calle, porque es imposible hacerlo en la banqueta, y cuando llueve las coladeras se tapan, se inunda todo y si te mojas el pantalón apestas todo el día" comentó el usuario Ramón Ortiz. Incluso, hay "basureros" creados por los mismos operadores, como el que se encuentra sobre el respiradero del Metro Chapultepec, el cual alcanza hasta el medio metro de alto por las tardes. "Yo aquí siempre tengo bien limpio, pero cuando llego, encuentro botellas llenas de orines y las tengo que tirar, ni modo ¿qué hago? huele bien feo si las dejo", expresó Eva Aragón, quien tiene un puesto de periódicos y revistas afuera de la Unidad Integración Latinoamericana, frente a la base de Copilco. Mientras que, del otro lado de Eje 10 Sur, habitantes de la calle Cerro Culiacán, han tenido que cerrar su calle para evitar inseguridad y que los camiones invadan su entrada. "La gente de los peseros hace del baño en la pared de mis vecinos y siempre está lleno de basura", aseguró Beatriz Hernández. Admiten descontrol La falta de recursos y de coordinación entre dependencias obstaculiza la supervisión y el mantenimiento a los Cetram en la Ciudad, argumentó el titular de la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi), Armando Quintero. En entrevista, el funcionario admitió que el desorden generado por los transportistas en las bases y sus inmediaciones no se ha podido controlar. "Hay una insuficiencia e imposibilidad física de vigilancia y de control muy fuerte, son zonas donde Seguridad Pública participa muy poco", dijo Quintero. "Sólo son 200 inspectores (de la Setravi), divídelos en todos los Cetram, ¿y la calle?". Hace falta una mejor coordinación entre las delegaciones y las secretarías de Seguridad Pública, Obras y Transporte, señaló el titular del ramo. Por ejemplo, argumentó, el control del ambulantaje corresponde a las demarcaciones, pero no es atendido en la mayoría de los paraderos. "Las delegaciones dicen: 'no puedo intervenir porque está dentro del Cetram y pertenece a Setravi', y no interviene; el Gobierno central tampoco tiene un cuerpo especial para eso, y no tienes ingresos suficientes autogenerados", expuso el funcionario. Informó que ante la urgencia de mejorar el servicio y controlar el caos que rodea los paraderos, el Gobierno del DF sostiene mesas permanentes, de las cuales saldrán propuestas para aplicar antes de que termine el año. "Se está pensando en cosas de ordenamiento de ambulantaje, en temas de iluminación, de precisar funciones, temas jurídicos, de obras y mantenimiento, de confinamiento, hay seis áreas con objetivos de trabajo sobre los cuales se está abordando en las mesas", dijo sin querer entrar en detalles. Con información de Luis Fernando Reyes, Óscar Balderas y Jonás López |
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