lunes, 3 de enero de 2011

Protegen a mujeres con transporte rosa


• En el Metro, Metrobús y Tren Ligero, las autoridades del transporte buscan destinar espacios exclusivos para mujeres.

REFORMA / Redacción




Ciudad de México (3 enero 2011).-Como una medida para contrarrestar la violencia contra las mujeres, el Gobierno de la Ciudad fortalece el denominado transporte rosa.

El transporte público exclusivo para las mujeres en la Capital ha crecido de forma exponencial los últimos tres años con dos objetivos primordiales: evitar abusos y sancionar a quienes los cometan en contra de las usuarias.

Así resumió la directora del Instituto de las Mujeres del DF, Martha Lucía Mícher, la misión del programa Viajemos Seguras, gracias al cual se han asegurado espacios exclusivos para las mujeres en el Metro, el Metrobús y el Tren Ligero, se han disminuido los índices de agresiones y se instalaron módulos de atención en el transporte subterráneo para denunciar ataques o agresiones.

"Es así de sencillo, y entre las acciones de prevención están que las mujeres conozcan su derecho a denunciar, a no ser abusadas sexualmente, que lo exijan y que las autoridades les garanticen su acceso", expuso Mícher.

Adicionalmente, un centenar de camiones de la Red de Transporte de Pasajeros está al servicio de unas 25 mil mujeres como parte del servicio llamado Atenea.

Además tres vagones, anteriormente eran dos, de cada uno de los 280 trenes que a diario operan en el Sistema de Transporte Colectivo son destinados a ellas durante toda la jornada.

Cinco módulos de atención y un centro de justicia ubicados en cinco de las estaciones de mayor afluencia en el Metro ofrecen atención jurídica especializada a las mujeres que denuncien abusos.

La medida se implementó en 2007, cuando la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, realizada por el Inegi y el Instituto de las Mujeres, reveló que el Distrito Federal era la tercera entidad del País con mayor índice de violencia contra el sexo femenil.

De acuerdo con el sondeo, en Jalisco, el 78.5 de las encuestadas dijo sentirse violentada en distintos ámbitos, incluido el social, mientras que en el Estado de México fue el 78.2 por ciento y en el DF 76.8 por ciento, refirió Mícher.

En el Metro, los delitos de género pasaron de 3 a .8 al día en los últimos tres años, de acuerdo con datos del STC, en tanto que, sobre las unidades de RTP, de siete quejas recibidas en 2007, a la fecha se registran cero por año, de acuerdo con Ariadna Montiel, directora del servicio.

La atención a las usuarias se ha integrado con elementos que se combinan para dar sustento al programa, detalló Mícher, pues primero se publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en 2007, y luego la local, un año después; también se han capacitado en la materia a más de 12 mil servidores públicos locales.

"Primero se publica una ley, luego se genera una política pública, un programa, se capacita a policías, a personal del Metro, a ministerios públicos, a fiscalías, se empodera a las mujeres para exigir sus derechos, y al mismo tiempo se sanciona a quien comete un delito en contra de nosotras", expuso la funcionaria.

Así, en el Metro se ampliaron de dos a tres vagones por convoy, en horario corrido, los espacios exclusivos para mujeres, niños y ancianos; esto significa que a diario hay 840 vagones en los 280 trenes del sistema que debieran ser para ellos.

Al año siguiente, en enero de 2008, la RTP lanzó Atenea, con ocho camiones en dos rutas Periférico y Reforma exclusivos para mujeres solas o con niños.

Ahora, Atenea es una red de 25 rutas, 100 autobuses y un aforo diario de hasta 25 mil usuarias.

Días después del lanzamiento de este programa se promulgó la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual estipula como una obligación para el Sistema de Transporte Público del DF generar mecanismos de prevención, detección y canalización de las mujeres víctimas de violencia.

Entre la RTP y el Metro mueven al día a 1.9 millones de pasajeras en mejores condiciones, de acuerdo con autoridades.

Mientras que a bordo de los camiones de la RTP en 2007 se registraron siete quejas al operador de parte de mujeres que habían sido agredidas por otro pasajero, la cifra bajó a cero en años posteriores, afirmó Montiel.

"Planteamos un programa de empoderamiento hacia las mujeres; aunque 100 unidades es una aportación muy humilde, abre un debate muy grande, y creo que a las mujeres les permitió decir 'me voy a subir a mi camión, donde no me van a molestar', aunque los hombres reclamen", expuso Montiel.

Pintados de rosa mexicano, los camiones Atenea están en 25 de las 91 rutas que explota la RTP y el plan para este año es ampliar hasta 50 el número de rutas, adelantó.

En el Metro, donde todavía es difícil hacer respetar el espacio femenino, se registran unas 290 denuncias de agresiones al año, estimó Francisco Bojórquez, director de ese sistema de transporte.

"Al ser una maniobra que ya se hacía desde antes (la separación de vagones), los usuarios se fueron adaptando poco a poco, pero todavía recibimos correos y quejas de los hombres por discriminación, pero (...) ya es muy raro que alguien se oponga", expuso Nahúm Leal, director de Transportación del Metro.

Del 4 de enero al 30 de septiembre de 2010 se atendieron 197 casos de abuso sexual en ese sistema, y 23 por otro tipo de violencia sexual.

Del total, 163 derivaron en denuncias presentadas ante la Agencia Especializada para Delitos Sexuales.

Las mujeres representan el 35 por ciento de los 5.5 millones de pasajeros que a diario usan este sistema de transporte.

El acoso en su contra se presenta más en las líneas 1, 2 y 3, mientras que Pino Suárez, Balderas, Pantitlán y Martín Carrera, son de las estaciones donde más abusos se concretan.

Aunque en el papel el plan funciona, en la vida diaria la exclusividad no se respeta.

Margarita Argot, jefa del programa Viajemos Seguras, del Instituto de las Mujeres del DF, con quien se realizó uno de los recorridos en la Línea 2, consideró que el proceso de respeto a la separación será lento.

"Ése es un cambio gradual para, y el que no lo respeten ha llevado a las mujeres a confrontar a los hombres", dijo Argot.

La segregación de pasajeros por género ha encontrado resistencia entre los varones, admitió Micher; sin embargo, las quejas de parte de los hombres se han apaciguado.

"(Los hombres) le han bajado mucho a la crítica cuando les decimos que lo hacemos por sus hermanas, por sus esposas, por sus mamás, porque ellas también toman el transporte público", apuntó.

Las dos líneas de Metrobús también cuentan con espacios restringidos y, aunque la Secretaría de Transportes y Vialidad lanzó en agosto el Programa para la Prestación del Servicio de Transporte "Taxi Rosa", éste no se ha puesto en marcha.

Se pidió a la Setravi información sobre el programa, pero la dependencia no respondió.

Los dividen pero ellos se juntan

Al viajar en Metro, no importan géneros ni advertencias. Empujones, gestos de sofocación y miradas vigilantes, se repiten de estación en estación, entre hombres y mujeres, sin importar en qué vagón vayan.

Las autoridades de este sistema de transporte aseguran que existen espacios exclusivos para las mujeres, pero no se respeta.

Grupo REFORMA recorrió distintas estaciones del Metro en horas de mayor demanda y encontró, por ejemplo, que a las 7:00 horas en Chapultepec, a pesar de haber avisos de exclusividad, en el área reservada para mujeres y niños también había hombres.

Según Tatiana, a esa hora no le afecta que los hombres invadan su espacio:

"Si somos muchos, pues sí es incómodo (...), nos venimos para acá para no tener que estarnos cuidando", expresó. Avanzada la mañana, en estaciones como Observatorio, Tacubaya, Insurgentes, Chapultepec, Cuauhtémoc y Balderas, sólo en la última se dividían hombres y mujeres... a instancias de la Policía. En las estaciones siguientes, sin guardias, la gente volvía a mezclarse. "Sabemos que vamos divididos hombres y mujeres, pero que en las siguientes estaciones nos van a revolver", dijo Rosaura. Incluso, hay mujeres que prefieren no atender la división. "¿Para qué? De todos modos cada quién viaja donde sea. Los empujones son a veces más fuertes entre mujeres", dijo Fernanda Dan en Metrobús pelea por su lugar A las 8:30 de la mañana, aromas amaderados, cítricos y dulces se desprenden de las cabelleras recién lavadas y de los cuellos rociados de perfume. No se pueden dejar de oler, simplemente porque no hay espacio para retirar la nariz. Las mujeres viajan aplastadas unas con otras en una unidad de la Línea 1 del Metrobús, servicio de transporte saturado, pero que ha dado su espacio a las mujeres: la parte frontal para ellas, el resto para ellos. Al abrirse la puerta en Chilpancingo, sólo tres féminas consiguen subir; las que se quedan se disputan a aventones de bolsa, la oportunidad de ganar lugar en el próximo camión. "Los caballeros al fondo", repite una y otra vez una mujer policía que divide su atención entre cuidar que la gente no aborde sin pagar y garantizar que el lugar destinado a mujeres sea respetado. Esa mañana tiene más que hacer. "Oye, respeta. Este lugar es exclusivo para las mujeres, tú no puedes estar aquí", "¡Vete!", "¡Sáquenlo!", se escucha desde adentro. Alertada, la agente pide al conductor no avanzar y al hombre, que se coló al espacio "rosa", que baje del autobús. "No me voy a bajar, tengo prisa. No me voy a bajar y háganle como quieran", dice el hombre, quien recibe apoyo de otros varones que no han podido abordar. La amenaza de ser remitido al MP hace desistir al varón. Adentro, el Metrobús ya está lleno. Lo difícil será salir. Quienes viajan sentados a medio camión, llegan a la puerta entre pisotones, empujones y golpes con la bolsa, lo que hace que entre las mujeres también se den hostilidades. Con información de Luis Fernando Reyes, Mariel Ibarra y Pilar Gutiérrez

EN: http://movil.reforma.com/articulo/590/1179046.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario