¡Todos en calzones!
By kalid
Created 01/10/2011 - 01:13
Era una aburrida tarde en las afueras del Auditorio Nacional, cuando de pronto unas 500 personas formaron un pequeño y sospechoso grupo. El motivo era claro: “Paseo sin pantalones en el Metro del DF”, y fue así fue como jóvenes, niños, señoras, señoritos y sexy chicks se despojaron de sus respectivos yins. Así es la capital.
Isaac Salame es fundador en México de esta serie de expresiones urbanas conocidas en todo el mundo como por el concepto FlashMob, que son pequeñas manifestaciones convocados a través las redes sociales on line y que no persiguen otro fin más que ponerle sabor a la vida en las urbes.
Con un altavoz a mitad de las escaleras del Auditorio, Issac empezó a organizar grupos de diez para entrar a la línea 7; formando tropas de diversos colores y con números representativos para cada vagón. Después de un rato, se formaron unos 20 grupos que poco a poco fueron invadiendo los andenes.
Banda de todas las edades, con modelos de calzones, desde los más sencillos hasta calzones muy ajustados con gamas de colores muy llamativos, empezaron a ingresar y salir de los vagones de las de las líneas 1, 2 y 7 del Metro. Las miradas de los usuarios reflejaban asombro y desconcierto por saber por qué la gente se paseaba en chones.
Mi turno llegó. En el transcurso de la estación Tacubaya a Juanacatlan, mi amigo Yago y otros dos jóvenes nos empezamos a quitar por separado —que quede claro—, nuestros trapitos. Los pasajeros quedaban con cara de desconcierto al no saber sí reír o “hacer como que la virgen les hablaba”.
Durante el viaje en el subterráneo tren, una señora que subió en Chapultepec en dirección a Pantitlán con dos niños cuchicheaban: “¿Mamá, por que ese chavo está en calzones?”. Y la señora apenada al igual que su otro hijo, reían sin tener una respuesta.
Y así llegamos al punto intermedio del viaje, Pino Suárez; donde todos los “agentes (nombre que recibíamos al ser partícipes del viaje en pelotas)” nos podíamos tomar toda clase de fotos ante la pirámide de Ehécatl (dios del viento). Las poses de todos nosotros resultaban un tanto graciosas (y cachondas), mientras que otros jóvenes aprovechaban la ocasión para tomar fotos en ropa interior a las jovencitas que lucían diminutas prendas en tonos rosas y colores pastel.
La última parada —sin albur—, fue el Palacio de Bellas Artes, donde todos fuimos captados por las cámaras de FlashMob y cada uno aprovechó para sacarse la foto del recuerdo. Ya encarrerados, nos aventamos unos al suelo de la explanada del recinto para ser fotografiados como un tapete humano en ropa interior.
Al final el objetivo se cumplió: convocar a los capitalinos de la Ciudad de México a viajar en Metro sin pantalones y con mucha organización, y en una sola voz gritar ¡Viva México!, nomás por el puro gusto de andar en calzones por la ciudad.
Twitter: @tombluis [1]
Fotos: Rodolfo Angulo/Cuartoscuro
Isaac Salame es fundador en México de esta serie de expresiones urbanas conocidas en todo el mundo como por el concepto FlashMob, que son pequeñas manifestaciones convocados a través las redes sociales on line y que no persiguen otro fin más que ponerle sabor a la vida en las urbes.
Con un altavoz a mitad de las escaleras del Auditorio, Issac empezó a organizar grupos de diez para entrar a la línea 7; formando tropas de diversos colores y con números representativos para cada vagón. Después de un rato, se formaron unos 20 grupos que poco a poco fueron invadiendo los andenes.
Banda de todas las edades, con modelos de calzones, desde los más sencillos hasta calzones muy ajustados con gamas de colores muy llamativos, empezaron a ingresar y salir de los vagones de las de las líneas 1, 2 y 7 del Metro. Las miradas de los usuarios reflejaban asombro y desconcierto por saber por qué la gente se paseaba en chones.
Mi turno llegó. En el transcurso de la estación Tacubaya a Juanacatlan, mi amigo Yago y otros dos jóvenes nos empezamos a quitar por separado —que quede claro—, nuestros trapitos. Los pasajeros quedaban con cara de desconcierto al no saber sí reír o “hacer como que la virgen les hablaba”.
Durante el viaje en el subterráneo tren, una señora que subió en Chapultepec en dirección a Pantitlán con dos niños cuchicheaban: “¿Mamá, por que ese chavo está en calzones?”. Y la señora apenada al igual que su otro hijo, reían sin tener una respuesta.
Y así llegamos al punto intermedio del viaje, Pino Suárez; donde todos los “agentes (nombre que recibíamos al ser partícipes del viaje en pelotas)” nos podíamos tomar toda clase de fotos ante la pirámide de Ehécatl (dios del viento). Las poses de todos nosotros resultaban un tanto graciosas (y cachondas), mientras que otros jóvenes aprovechaban la ocasión para tomar fotos en ropa interior a las jovencitas que lucían diminutas prendas en tonos rosas y colores pastel.
La última parada —sin albur—, fue el Palacio de Bellas Artes, donde todos fuimos captados por las cámaras de FlashMob y cada uno aprovechó para sacarse la foto del recuerdo. Ya encarrerados, nos aventamos unos al suelo de la explanada del recinto para ser fotografiados como un tapete humano en ropa interior.
Al final el objetivo se cumplió: convocar a los capitalinos de la Ciudad de México a viajar en Metro sin pantalones y con mucha organización, y en una sola voz gritar ¡Viva México!, nomás por el puro gusto de andar en calzones por la ciudad.
Twitter: @tombluis [1]
Luis Pablo Segundo
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